¿Qué tal si empezamos esta nueva década poniendo un poco más de amor en nuestras vidas? La primera publicación del año va dedicada a la boda de esta bellísima pareja, cuya ilustración hace referencia a mis palabras.
Todo el que conoce a Jessica y Agustín sabe que están destinados el uno para el otro, no por su compatibilidad, porque son totalmente diferentes, pero sí porque se complementan el uno al otro. Él es un hombre humilde y noble. La sencillez de su personalidad es lo que enamoró a Jessica. Ella es una persona con energía positiva, alegre y bondadosa, y siempre tiene algo de ella para compartir con los demás.
Su boda fue muy esperada y deseada por todos. Tal vez porque sabían que no sería una boda cualquiera, si no que sería una auténtica celebración y manifestación del amor, cuidando del más mínimo detalle. Un día muy especial repleto de sentimientos.
La ceremonia se ofició el 6 de Julio del pasado año, en la maravillosa iglesia de San Juan de Dios, lugar privilegiado en el que solo algunos afortunados tienen la suerte de celebrar. Para tal ocasión se habilitó el coro, (algo excepcional) en el que se escucharon cánticos gregorianos recitados por Padres Franciscanos.
En definitiva, todo salió según lo previsto, tal y como ellos habían deseado años atrás.
Para conmemorar e inmortalizar uno de los mejores días de su vida, Jessica regaló a Agustín una de las fotografías de aquel día, ilustrada en acuarela digital, para decorar un pequeño rinconcito en su nuevo hogar.
Sin duda, estos novios, ya marido y mujer, han pasado a ser una de mis parejas favoritas. No solo por la sencillez de sus personalidades, si no por la maravillosa historia de amor y superación que hay detrás de estas dos personas. ¡Mis mejores deseos para ellos!