Son muchos los relatos, poemas y escritos que hablan de amor, del amor juvenil, del quinceañero, del de las mariposas en el estómago. Ese del que sientes cosquillas en la tripa cuando tienes cerca a esa persona, o paradójicamente cuando la tienes lejos. Y se te sonrojan las mejillas cuando su mirada te habla sin que su boca pronuncie una sola consonante. Dicen las personas sabias que ese es el amor verdadero, el más puro, el más inocente y a la vez el más intenso, el que te hace cometer locuras sin alta de miras. ¿Quién no estuvo enamorado a los quince?
Amor juvenil en colores de la época
Vicente quiso conmemorar ese amor juvenil de sus padres y el sazón de noviazgo. Desempolvó viejas fotografías en blanco y negro del álbum familiar, y con la magia de las nuevas tecnologías, en pocas horas pude tenerlas en mi buzón de correo electrónico. Vicente quería algo elegante, con colores no muy llamativos, acordes a épocas pasadas.
Para muestra, un botón. El retrato digital de Eugenia y Rafael recobró vida y color, y hoy luce con una nueva apariencia en un lugar privilegiado de la pared de su hogar.
Lo mejor de esta pequeña historia, es que tras 41 años de matrimonio aún queda la chispa de aquel amor juvenil.