Los abuelos y la importancia de las sanitarias que los cuidan
En España existen casi 12 millones de personas, de las cuales, un 20% de la población tiene 65 años o más, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Ellos son nuestros padres y abuelos.
Actualmente, la mayoría de nosotros nos encontramos ante una realidad, nuestros seres queridos se van haciendo mayores. Con la desventaja de que en muchos casos están solos y sus familiares no podemos hacernos cargo de ellos. Por motivos de distancia, por motivos de trabajo o por el frenético ritmo que llevamos a diario en nuestras vidas, no podemos dedicarles el tiempo, la compañía y los cuidados que necesitan.
Las sanitarias tienen un papel fundamental en estos casos. Ya sea en residencias o en su propio hogar, estas personas se convierten completamente en auténticas ángeles guardianes.
Muchas de las residencias de nuestro país, ya cuentan con un equipo multidisciplinar de sanitarios, compuesto de; Técnico de enfermería, Fisioterapeuta, Terapeuta Ocupacional, Psicólogo y Trabajador Social.
De entre estos, y no menos importante, podría destacar la función del sanitario terapéuta. La Terapia Ocupacional se encarga de aumentar la calidad de vida de las personas de la tercera edad mediante ejercicios que mejoran su salud.
El objetivo principal que persigue la sanitaria-terapeuta es fomentar un mayor grado de independencia e integración social de la persona, así como estimular y mantener las capacidades cognitivas que se ven afectadas por el envejecimiento.
Las áreas que se suelen trabajar son:
- Actividades básicas de la vida diaria: asearse, bañarse, vestirse, etc.
- Actividades de ocio y tiempo libre: juegos de mesa, dibujo, manualidades, paseos, etc.
- Estimulación cognitiva: estimulación de capacidades como atención, memoria, lenguaje, concentración, cálculo, etc.
- Estimulación funcional: estimulación del esquema corporal, psicomotricidad, integración sensorial, etc.
En la mayoría de los casos, entre la sanitaria y el residente/usuario dependiente, se crea un vínculo emocional, y el cariño mutuo es una constante en su día a día. Y es que, sean nuestros familiares o no, el afecto que se les tiene a los abuelos es siempre especial. Ellos simbolizan la ternura y simpleza, como la del papel que envuelve un caramelo de dulce de leche antes de comerlo.
Los abuelos son nuestros recuerdos, son historias antiguas, cabellos plateados que ondean al viento en un paseo al sol, sintiendo la calidez de unas manos que son todo comprensión y amor. Somos sus consentidos, y un beso en la mejilla puede convertirse en su mejor regalo.
“La muerte no existe, la gente sólo muere cuando la olvidan;
si puedes recordarme, siempre estaré contigo.”Isabel Allende
Juan, o “Juanito” como le gustaba que lo llamasen, nos dejó hace unos meses. Era un hombre sencillo, de corazón sincero y transparente, como su mirada. Exactamente eso fue lo que quise plasmar en este retrato que tendrá su familia para la posteridad.
Nadie se olvida si se le piensa siempre.
