Hasta mediados de 2019, la palabra “madre” (del latin mater) aparecía definida en el Diccionario de la Real Academia Española (RAE), entre otros conceptos, como “Mujer o animal hembra que ha parido a otro ser de su misma especie”.
Si desconocías esta definición, seguro que tienes otra noción muy distinta a como lo plasma la RAE. Es de justicia que la palabra madre recogiese en su significado la “sensibilidad hacia los vínculos emocionales” propios de la maternidad.
En una nueva actualización, la Real Academia incorpora como nuevas definiciones:
1. f. Mujer que ha concebido o ha parido uno o más hijos.
2. f. Mujer en relación con sus hijos.
3. f. Madre considerada en su función protectora y afectiva.
El rol de una madre es proteger y educar desde el respeto y el amor
Tras la última corrección de la RAE, este significado queda algo más maquillado, pero para las personas que damos un valor añadido a la palabra madre, esto aún no es suficiente. Porque una madre, además de ser una mujer que ha parido uno o más hijos, es el pilar fundamental de un hogar. Es la responsable, junto al padre, de la crianza y educación de sus hijos desde el respeto y el amor. La figura de una madre es siempre fiel protectora y luchadora constante por la unión de la familia.
Y si nos ponemos un poco más mimosos, seguro que estás de acuerdo conmigo en que ellas son las que dan luz a un hogar. Son ese halo que siempre ilumina la adversidad más oscura, ellas están a nuestra merced y cuidado permanente. A cambio de todo lo señalado anteriormente, solo nos piden amor correspondido, y se conforman con un beso en la mejilla o un abrazo “apretao”, de esos en los que sientes el auténtico calor maternal. Y es que, el calor de mamá, nunca nadie nos lo dará igual.
¿Quién no da un valor añadido a las habilidades de estas mujeres tan especiales? Porque además de ejercer la maternidad inculcando buenos valores desde pequeñitos, todos hemos tenido en casa una excelente cocinera; “El salmorejo de mi madre es el mejor”. También nos hemos ahorrado mucho dinero en costura, porque ellas parece que también traen “de fábrica” esa especialidad. Además de ser habilidosas, también tienen la cualidad “multitarea”, poniendo orden y limpieza en el hogar.
Pero ¿por qué este pequeño homenaje a las madres? Porque en esta ocasión, he retratado a una madre muy especial, junto a su marido, que con total certeza se que fue una madre ejemplar, y a buen seguro, seguirá iluminando con su luz allá donde esté.
Desde estas líneas hago llegar un abrazo afectuoso a la familia Monge Márquez, en especial a Javier.
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