Haz el Camino conmigo, Rociera, y nos perdemos caminando entre pinares por una senda cualquiera.

Hacer el Camino, para el rociero, no es sólo una frase o una expresión tópica, es una forma de vivir el acercamiento, paso a paso, a pie, en carretas, a caballo, en todo tipo de vehículos, hacia el Santuario de la Virgen del Rocío.

El Camino

Desde Huelva, Cádiz, Córdoba, Sevilla, o desde cualquier parte de España o del mundo, llegan rocieros, peregrinos, para hacer el Camino, que es jolgorio, fiesta, folclore, alegría, cante, baile, pero también devoción, grande e intensa, llena de pasión, de fe y de hermandad.

Esta ilustración de Rocío, una rociera de a pié, muestra un momento de la Romería del Rocío, a lomos de su caballo y de la cintura de su prometido.

Y entre cánticos y coplas, como dice la letra de unas sevillanas rocieras, quisiera ser camino y caminante a la vez:

Me pierdo caminando entre pinares
por una senda cualquiera
y siempre encuentro amapolas
que hablen de la primavera.
Palabras que se dicen por la arena
y rompen el silencio sin querer;
yo quisiera ser camino
y caminante a la vez.

 

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